Ustedes como padres, saben que cada hijo es distinto, cada hijo
es único y cuenta con cualidades, talentos y particularidades que
no se repiten de la misma forma en sus hermanos o en sus
amigos, pues cada ser humano es único.
Que lo mejor es dar a cada hijo lo que necesita según su edad, su
madurez, su sexo y su carácter.
Por ejemplo, no duermen en la misma recámara los niños con las
niñas, no se les compran los mismos juguetes a los niños que a
las niñas y no se corrigen igual a los niños que a las niñas.
Como padres, saben de primera mano que las preferencias y
necesidades de cada hijo son distintas y se acentúan según el
sexo al que pertenecen.
Esto es debido al hecho que todo hombre y mujer, aunque sean
iguales en dignidad, tienen cualidades propias que la naturaleza
da por el hecho de ser hombre o ser mujer, es decir, tener una
distinta identidad.